Mujer Joven, tú también puedes florecer en medio de
tus circunstancias. Eres joven, emprendedora, tecnológica, empresaria, con visión
amplia y con muchos deseos de triunfar. Quizás eres joven adulta y soltera,
joven casada, madre de pequeños niños, o madre soltera; no importa tu estatus,
todas atravesamos por circunstancias a diario. Te preguntas, ¿Cómo puedo
balancear mi vida como madre e esposa, mi carrera y mi ministerio? Eres la
Mujer del Proverbios 31, y Dios te dará las estrategias y la sabiduría para
cumplir y ser la mujer que Dios te diseño que fueras.
En medio de tus circunstancias, recuerda Salmos
46:1, Dios es nuestro amparo y nuestra
fortaleza, nuestro pronto auxilio en la tribulación. Jeremías 33:3 dice, Clama a mí y Yo te responderé y te enseñare
cosas grandes y ocultas que tú no conoces. La clave está en la oración y
dependencia total en Dios. Cuando nos aferramos a la palabra y en Sus promesas,
nuestra fe aumenta y recibimos las fuerzas necesarias para seguir hacia
adelante.
Mujer joven, tu eres la generación que conquistaras
la Tierra Prometida. Recuerda todo lo que se te ha sido enseñado, porque lo
necesitaras cuando las circunstancias toquen a tu puerta. Recuerda las palabras
y los consejos de tu pastora y de las hermanas guerreras en oración. Fuiste
formada en oración y tienes las herramientas para pelear por tu familia, por tu
ministerio y por todo lo que Dios te ha prometido. Eres guerrera y el tiempo de
conquistar tu tierra prometida es ahora. Hermosa tierra donde fluye leche y miel,
donde la gracia y el favor de Dios abundan, donde Sus bendiciones no añaden
tristeza ni dolor, y esa tierra te pertenece a ti. En el desierto caluroso no
hay crecimiento pero en el lugar donde Dios te llevara, la tierra es fértil y
todo germinara y florecerá las flores más hermosas del campo. Y todas serán
tuyas.
Mujer joven, si te encuentras en medio del desierto,
dale gracias a Dios. Es solo un proceso que te preparara para el próximo nivel,
tu Tierra Prometida. Las circunstancias adversas son necesarias porque traen
lecciones valiosas que todas debemos de aprender, también crean en nosotras la
madurez necesaria para recibir las grandes bendiciones que Dios tiene para
nosotras. Pero el desierto no es permanente, es solo por una temporada. Y
quiero decirte que si has estado en el desierto, o en “espera”, quizás te
encuentres en Un Momento de Silencio,
el tiempo de llanto, angustia y luto se acabó porque es tiempo de celebrar.
Dice la palabra en Salmos 126:5 que el
que con lágrimas siembra, con regocijo cosecha. En el desierto sembraste lágrimas
pero la tierra prometida te espera grandes cosechas.
Landy
Pérez-Feliciano
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